domingo, 3 de julio de 2011

DISPARIDAD


Miguel Grinberg

El pasado es una foto de cristal, un reflejo en la memoria, una caravana de relámpagos. Nos aborda en cualquier momento, como una colección de voces sin dueño o un desfile de máscaras que se borran a sí mismas entre muecas y suspiros.

El pasado es un siglo que solamente existe en un álbum invisible, juguete de niños sin memoria, hojarasca de un espectáculo que retrocede y avanza al mismo tiempo, mientras todos los campanarios enmudecen y los viejos papeles reaparecen como maderas en el bosque de la melancolía.

El pasado es paquete de astillas, una melodía cargada de promesas y de adioses. Ayer nomás alimentaba el canto de la multitud, hoy se desliza como una sombra por callejones desiertos, mañana pondrá miradas de sorpresa en el mármol de las estatuas.

El pasado es una triple fantasía: un recuerdo, una herida y una despedida. Como la flor, se abre cuando el amanecer inicia su danza inaugural, y se cierra cuando la noche envuelve los hielos de la ciudad. Retumba a veces, pero no logra vencer la maraña de ruidos que se reproduce a sí misma, minuto tras minuto.

El pasado es una viajera que nos observa desde la ventanilla de un tren llamado paz, mientras recorre pacientemente los túneles de la guerra. Y que no se detiene en la estación de los milagros porque el maquinista resbaló hacia el infinito cuando sonaron los puntuales disparos.

Foto: Thomas Merton,Miguel Grinberg (1964)

Blog ROCK QUE ME HICISTE BIEN EN ESTE ENLACE