sábado, 31 de octubre de 2009

Manual de combate



CHARLES BUKOWSKI



dijeron que Céline era un nazi
dijeron que Pound era un fascista
dijeron que Hamsun era un nazi y un fascista.
pusieron a Dostoievsky frente a un pelotón
de fusilamiento
y mataron a Lorca
le dieron electroshocks a Hemingway
(y vos sabés que se pegó un tiro)
y echaron a Villon de la ciudad (París)
y Mayakovsky
desilusionado con el régimen
y luego de una pelea de enamorados,
bueno,
también se pegó un tiro.
Chatterton se tomó veneno de ratas
y funcionó
y algunos dicen que Malcom Lowry se murió
ahogado en su propio vómito
borracho.
Crane se tiró a las hélices
del barco o a los tiburones.

El sol de Harry Crosby era negro.
Berryman prefirió el puente.
Plath no encendió el horno.

Séneca se cortó las muñecas en la
bañera (es la mejor manera:
en agua tibia)
Thomas y Behan se emborracharon
hasta morir y
hay muchos más.
¿y vos querés ser un
escritor?

es esa clase de guerra:
la creación mata,
muchos se vuelven locos,
algunos pierden el rumbo y
no lo pueden hacer
nunca más.
algunos pocos llegan a viejo.
algunos pocos hacen plata.
algunos se mueren de hambre (como Vallejo).
es esa clase de guerra:
bajas por todas partes.

está bien, adelante
hacelo
pero cuando te ataquen
por el lado que no ves
no me vengas con
remordimientos.

ahora me voy a fumar un cigarrillo
en la bañera
y luego me voy a ir a
dormir



lunes, 26 de octubre de 2009

¡No se puede organizar la poesía!

Rock & eternidad
Miguel Grinberg

La vida hedonista e itinerante que había retratado En el camino y en otras diez novelas alucinadas exaltó durante cuatro décadas a decenas de miles de lectores comunes y figuras del rock.

En febrero de 1964, mientras Jack Kerouac vivía recluido en una casa de Long Island, cuidando a su anciana madre (tal como se lo había prometido a su padre cuando éste agonizó en sus brazos en 1946), la epopeya de la “generación beat” ya pertenecía al pasado. Un tambor diferente agitaba a Norteamérica: la beatlemanía tomaba al país por asalto, la nueva bohemia descubría la poesía del joven trovador Bob Dylan, en muchas grandes ciudades se consolidaba la rebelión de los negros racialmente segregados, en el sudeste de Asia se incubaba la guerra de Vietnam, mientras en San Francisco y Nueva York emergían pacíficos melenudos llamados hippies.

Yo había entablado amistad epistolar con los escritores beat en 1959 y llegué a Manhattan en ese preciso momento, después de protagonizar en México la “nueva solidaridad”, una confluencia de jóvenes poetas de las Américas, entre los que aparecían Ernesto Cardenal, de Nicaragua (futuro ministro de cultura de la revolución sandinista), y Gonzalo Arango, pilar del Movimiento Nadaísta de Colombia. Kerouac bajaba ocasionalmente a Nueva York y criticó con dureza mi iniciativa fundacional, exclamando: “¡No se puede organizar la poesía!”. Tenía razón.

En esos días, ya muchos amigos locales lo evitaban porque bebía desenfrenadamente y en los bares que él visitaba casi siempre todo desembocaba en bataholas, trompadas y ocasionales arrestos por desorden. Solamente el poeta negro LeRoi Jones le seguía el ritmo, y chupaban hasta que los empujaban a la vereda. Cansado de vivir sitiado por incesantes oleadas de pelilargos psicodélicos de la generación pre-Woodstock que peregrinaban hasta su umbral, mudó el domicilio familiar lejos, a la Florida. Diría: “El grupo beat se dispersó a comienzos de los 60. Cada uno siguió su camino, y éste es mi camino: la vida hogareña, como al comienzo, con una excursión de vez en cuando a los bares locales”.

La vida hedonista e itinerante que había retratado En el camino y en otras diez novelas alucinadas (de las cuales la mejor es La vanidad de los Duluoz) exaltó durante cuatro décadas a decenas de miles de lectores comunes y figuras del rock que admitieron haber sido impactados por su prosa espontánea: Dylan (claro está), Jim Morrison, David Bowie, Janis Joplin, Patti Smith, Frank Zappa, Jerry Garcia de The Grateful Dead, Pete Townshend de The Who, David Byrne y The Talking Heads, Tom Waits. No fue causa del azar que en 1982, el grupo de rock progresivo King Crimson incluyera en su álbum Beat un tema-homenaje titulado “Neal and Jack and me”. El verso inicial expresaba: “Soy ruedas, soy ruedas en movimiento. Soy una coupé studebaker 1952. Soy ruedas. Soy ruedas en movimiento. Soy una coupé starlite 1952… en ruta… los subterráneos”.

Para llegar en auto al tope de los acantilados de Big Sur, California, hay que atravesar un denso manto de nubes. Abajo ruge el océano Pacífico. Con seguridad, de vez en cuando el alma de Jack Kerouac sobrevuela ese abismo misterioso y recita su haiku sobre la vida fugaz.

Publicación original en este enlace
http://www.criticadigital.com.a

domingo, 4 de octubre de 2009

Mercedes


¡ADIOS NEGRA QUERIDA!
Alejandra Monsalvo


Esta madrugada el corazón de Mercedes Sosa dejó de latir. No así su voz y su figura que se ha ido agigantando con el paso de los años. Gracias a su enorme capacidad de trabajo, a su cabeza y su corazón abiertos, hemos tenido la suerte, los argentinos y el mundo, de conocer a una voz única, con la fuerza y el color de nuestro continente americano. Ella supo elegir en su repertorio canciones que todos amamos. Dotada de una enorme ternura y de una gran generosidad como artista, la hemos visto compartir escenario y grabar canciones con artistas de distintos géneros (rock, tango, folklore, canción chilena, trova cubana, bossa nova) y de distintos lugares del mundo (Sting, Caetano Veloso, Joan Baez, Pavarotti,Silvio Rodríguez,Raimundo Fargner,Shakira, Serrat, etc), siempre con su modo tan peculiar.


Cuando yo era una nena descubrí en el tocadiscos de mi tía un disco simple (de un sola canción por lado) con una cubierta violeta oscura : era la versión de "Zamba para no morir", que a mí, con mis 6 añitos ya me conmovía. Y luego tuvimos en casa "Mujeres argentinas", con la inolvidable versión de "Alfonsina y el mar". En la época del Proceso, cuando se tuvo que exiliar , los adolescentes la escuchábamos pasándonos sus discos, que estaban "prohibidos", entre ellos el "Homenaje a Violeta Parra" que traía su inolvidable "Gracias a la vida". Con el retorno de la democracia, y el suyo propio, ya estudiantes universitarios , gozamos con el disco "Mercedes Sosa en Argentina", hoy devenido un clásico. Horas y horas entre apuntes , una de nuestras muletillas era agradecerle a alguien diciendo "Gracias Argentina! " , impostando su voz, como aparecía en aquel disco. Después ya en una edad adulta, con el advenimiento del CDs pudimos conseguir varios de sus discos, entre ellos uno con su versión original de "Zamba para no morir" y la de "Balderrama" , las cuales me siguen conmoviendo. También grabó canciones entrañables de nuestra adolescencia como "Barro tal vez " con Spinetta o "Inconciente colectivo" con Charly García o una bellisma version del "Himno de mi corazón " de Miguel Abuelo.


Mercedes Sosa va a ser velada en el Congreso Nacional. Con su humildad hubiera dicho que es demasiado para una "cantora", como gustaba definirse. Pero para una figura como la suya es algo absolutamente merecido. Será una despedida, un homenaje de todos los que nos hemos sentido acompañados con su voz a lo largo de la vida. Una voz que se queda con nosotros y con los que estan por venir.