sábado, 13 de diciembre de 2008

Los Atlantes



Daniel Chirom


Los sacerdotes egipcios fueron nuestros últimos testigos,

perduró la leyenda por boca de Platón.

Nueve anillos de agua y nueve de tierra,

y de anillo a anillo construimos puentes.

Rodeados del favor de los dioses modelamos

la alegría de los metales preciosos,

cultivamos la perplejidad de la filosofía,

la magia de la poesía.

Cuando los vientos se hicieron favorables

salimos a través de los mares hacia los puntos cardinales,

cargados con nuestros tesoros nos arrojaron

de todas las costas,

y fueron malditos nuestros magos.

Cuando intentamos el regreso nos fue imposible, nuestra tierra se

encontraba en el seno de la tierra.

Fuimos condenados a vagar la eternidad.

Somos Los Atlantes,

naufragamos con nuestra riqueza a cuestas.

A veces,

en mitad de la noche nos sentimos agobiados

por la poesía.




"Los Atlantes", Daniel Chirom, 1979 , Anagrama
Ver reseña en la Libreta 4


La Trenza Loca

Afuera estaba la nieve

"La poesía no sirve, la poesía es" Pagina 12

"El poeta murió al amanecer" Perfil

domingo, 7 de diciembre de 2008

Fin de año 1968


He contemplado desde la luna, o casi,

el modesto planeta que contiene filosofía, teología, política,

pornografía, literatura, ciencias

exactas u ocultas. Adentro está también el

hombre

y yo entre ellos. Y todo es muy extraño.

Dentro de pocas horas será de noche y el año

terminará entre explosiones de espumantes

y petardos. Quizá de bombas o algo peor,

mas no aquí, donde estoy. Si uno muere

a nadie le interesa con tal que sea

desconocido y lejano.



Eugenio Montale (Satura, 1971)


Copiado en la Libreta 5 el 26 de octubre de 1999

Leé Mediterraneo

Generación subterránea de los '80


MARCELO MARCOLIN

Fue miembro de la llamada Generación Subterránea argentina; editor y parte de diferentes publicaciones, entre ellas: Artemisa, Antimitomanía, El ojo de la Ballena, Río de la Plata. Colaborador en medios gráficos y radiales como columnista. Premio Zargazazú 1986. Ha editado: La coronación del príncipe mudo, Matecocido, La primera letra, Angeles clandestinos y Siestas de Wincofón. Actualmente es director editorial de la revista de poesía El Pez en el Cielo.

  Marcelo escribió acerca de lo el llamó "la generación subterránea" Leelo en este enlace

"Quizá nos reencontremos casualmente en algun recodo del destino"

MIRANDO EN EL LAGO



Miro y miro mi sombra en el lago,
no veo un rostro blanco, sólo cabello blanco.
He perdido mi juventud, y nunca la encontraré otra vez,
¡inútil agitar las aguas del lago!

Po Chu I (772-846 D. De C.)

Poetas Chinos

sábado, 6 de diciembre de 2008

Escribir un poema es un acto peligroso


Escribir un poema es un acto peligroso. Nos empuja tanto hacia el centro del mundo, hacia la médula de los otros y de nosotros mismos, que nos convierte en extranjeros. Nos aísla, exila, nos vuelve extraños. El idioma que usa el poeta no es de todos los días, el cotidiano; es, como bien dice un contemporáneo, un dialecto. Por más que hable con palabras de diccionario o aparentemente comunes, lo que de ellas hace el poeta, en su alquimia, en las sucesivas destilaciones, en la busca de otros planos, de otras significaciones, las sitúa en otra parte, las relaciona con la magia, las llena de poderes, las convierte en sistemas de espejos, en intrincados jardines. La poesía depara descubrimientos pero, también, trae soledades. C.B.

No sólo pescador el poeta, también jardinero. Las plantas como las palabras crecen de forma inesperada –escribe Luisa. La labor es modelarlas conforme su naturaleza, nos dice, pero sin olvidar el azar. Ciencia y magia, de un extremo al otro del oscilar del péndulo está comprendido el quehacer del poeta, del jardinero. Porque si todo estuviese calculado, medido y pesado, no habría lugar para el asombro. Cuidar, regar, hacer acodos, cortar lo que está demás o se secó, sí, pero, también, dejar que el aire, el rocío, la lluvia, la luz del sol hagan lo suyo. La poesía como bella planta surgida de la razón y del prodigio, de la vigilia y del sueño, surgida de la tierra y que crece con paciencia. Si con paciencia crecen calas y malvones, también con paciencia se hacen los poemas, el resto –me parece que así piensa Luisa- es vanidad. C.B. (de Luisa Futoransky: La eterna lucha)

Carlos Barbarito
Blog Viga Bajo el Agua

domingo, 23 de noviembre de 2008

Vagabundo


Campo de Mailly, mayo 1918

En ninguna
parte
de la tierra
puedo hacerme
un hogar

En cada
nuevo
clima
que encuentro
me siento
languidecer
aunque
en otra época
ya me hubiera
acostumbrado

Y me canso siempre
extranjero

Naciendo
vuelto de épocas demasiado
vividas

Gozar de un solo
minuto de vida
inicial

Busco un país
inocente


Giuseppe Ungaretti, La Alegría

Otro poema de Ungaretti en este enlace

http://amediavoz.com/ungaretti.htm

lunes, 17 de noviembre de 2008

Del Colapso Económico al Desastre Ecológico


Björk

Después de una gira de 18 meses estaba ansiosa por regresar unas pocas semanas a la buena y sólida Islandia para disfrutar de un poco de estabilidad. A principios de este año di allí un concierto que pretendía aumentar la concienciación popular con respecto al medio ambiente local y el 10% del país asistió; pero no me pareció suficiente.

Por eso, al regresar decidí contactar a todos los isleños que habían tratado sin éxito de crear nuevas empresas y poner en práctica nuevos métodos ecológicos de trabajo. Durante muchos años la principal fuente de ingresos de Islandia fue la pesca, pero cuando dejó de ser rentable la gente empezó a buscar otras maneras de ganarse la vida. Los conservadores que gobiernan el país pensaron que si domeñaban la energía natural de Islandia para vendérsela a grandes compañías como Alcoa y Rio Tinto, solucionarían el problema.

Ahora tenemos tres fundiciones de aluminio, las mayores de Europa; y en los tres próximos años quieren construir dos más. Dichas fundiciones necesitarán energía de un puñado de nuevas plantas de geotérmicas, así como la construcción de represas que dañarían espacios naturales impolutos, manantiales y campos de lava. La obtención de tanta energía a partir de campos geotérmicos no es sostenible.

Muchos islandeses se oponen a la construcción de esas fundiciones. Más bien preferirían continuar desarrollando pequeñas empresas de su propiedad y no hacer ese gasto. En Islandia ha habido muchas luchas para defender esta causa. Una de ellas tuvo como resultado que el ministro de Medio Ambiente insistiese en que por primera vez se llevase a cabo un estudio de impacto medioambiental antes de construir cualquier fundición o represa.

Y, luego, estalló la crisis económica. Jóvenes familias se ven amenazadas con perder sus hogares y los ancianos con perder sus pensiones. Es algo catastrófico. Se palpa la rabia. La gente abuchea por la calle a los seis mayores capitalistas de Islandia y los critica en la radio y la televisión; voces furiosas insisten en que vendan sus propiedades y entreguen los beneficios al Estado. Se ha sabido que unos cuantos individuos obtuvieron préstamos gigantescos en el extranjero sin que el pueblo islandés tuviera conocimiento de ello. Ahora, según parece, es la nación quien debe reembolsarlos.

Lo que exaspera a la gente es que los responsables de haber sumido a los islandeses en esta situación son los mismos que ahora tratan de sacarnos de ella. Muchos exigen que dimitan y permitan que otros pongan orden. El más criticado es Davíð Oddsson, que se nombró a sí mismo director del Banco Central después de 19 años como alcalde de Reykjavik y de 13 años como primer ministro. Una vez a la semana, los capitalinos se reúnen en el centro de la ciudad para pedir su dimisión.

Y entonces, por sorpresa, fuimos víctimas del espectacular mazazo que nos asestó el primer ministro del Reino Unido. Cito textualmente una petición firmada por la décima parte del pueblo islandés: "Gordon Brown ha utilizado de forma injustificada la Ley Antiterrorista contra el pueblo de Islandia para obtener beneficios políticos a corto plazo. Esto ha transformado la grave situación en un desastre nacional... hora a hora y día a día, las acciones del gobierno británico están aniquilando indiscriminadamente los intereses islandeses.” [1]

En general soy ajena la política. Vivo feliz en la tierra de la música. Pero me impliqué porque los políticos parecen empeñados en arruinar el entorno natural de Islandia. Y la semana pasada leí que a causa de la crisis algunos parlamentarios islandeses están cabildeando para que se haga caso omiso de la evaluación medioambiental y las represas puedan construirse lo más rápidamente posible con el fin de que Alcoa y Rio Tinto obtengan la energía que necesitan para hacer funcionar las dos nuevas fundiciones.

Islandia es un pequeño país. No hubo aquí revolución industrial y yo tenía la esperanza de que podríamos evitarla por completo y pasar directamente a opciones sostenibles de alta tecnología. Si alguien era capaz de hacerlo, éramos nosotros. La mentalidad islandesa tiene algo de maravilloso, somos audaces y adictos al riesgo hasta el extremo de la imprudencia. A la hora de hacer música, de contar historias y de reflexionar de forma creativa esta adicción al riesgo es algo grande. Y tras haberme introducido en muchas pequeñas empresas islandesas en proceso de crecimiento, me doy cuenta de que muchas de ellas han dado pruebas de audacia, ya sea en la biotecnología o en la alta tecnología.

Los islandeses son gente de una sólida formación en ciencias avanzadas. Tenemos a ORF, que es una de las mejores compañías de biogenética en el mundo; a Össur, un fabricante de piernas artificiales; a CCP, un fabricante de juegos informáticos, y a otros muchos. También tenemos muchos médicos y profesionales sanitarios. Gracias a los cientos de géiseres naturales que brotan en toda la isla y a nuestra (hasta ahora) casi inalterada naturaleza, Islandia podría convertirse fácilmente en un enorme y suntuoso balneario al que la gente podría venir a curar sus dolencias y descansar. Más valdría que el gobierno utilizase el dinero para apoyar a estas empresas en vez de ponerlo al servicio de Alcoa y Rio Tinto.

La flexibilidad es importante: tendremos que vivir con las tres fundiciones de aluminio que ya están en marcha y tratar de buscar la manera de volverlas más ecológicas. ¿Pero acaso necesitamos cinco? En el pasado pusimos todos los huevos en un mismo cesto y eso ha demostrado ser peligroso, como ya nos dimos cuenta cuando el 70% de nuestros ingresos provenían de la pesca. Ahora estamos al borde del abismo por haber apostado todo a las finanzas. Si construimos dos fundiciones de aluminio más, Islandia se convertiría en el mayor fundidor de aluminio del mundo y pasaríamos a ser conocidos sólo por eso. Quedaría poco lugar para cualquier otra cosa. Y si el precio del aluminio cayese -como está sucediendo- sería catastrófico.

Islandia puede ser más autosuficiente y más creativa y, al mismo tiempo, hacer las cosas de una manera más acorde con el siglo XXI que con el XIX. Puede construir menos represas, más pequeñas y ecológicas. Utilicemos esta crisis económica para ser totalmente sostenibles. Enseñemos al mundo todo lo que sabemos sobre plantas de energía geotérmica. Apoyemos a las empresas verdes. Empecemos desde abajo. Puede que tarden más en crecer y en dar beneficios, pero se basan en algo sólido, estable e independiente de los vaivenes de Wall Street y del volátil precio del aluminio.

Y eso ayudará a Islandia a seguir siendo lo que mejor sabe ser: una incólume y maravillosa fuerza de la naturaleza.

Björk es una popular cantante islandesa. Su sitio web oficial es http://bjork.com/

Traducido por Manuel Talens. Tomado del Times/Rebelión.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Lawrence Ferlinghetti


Esta noche el mar está en calma


Esta noche
el mar está en calma
en las playas de Dover
En el crepúsculo creciente
los pájaros
gritan
en su llanto
las sílabas
de alguna palabra
deconstruida
que nosotros
aún no logramos descifrar
que explique
nuestra existencia
Y ellos los pájaros
elevándose
cargan en sus alas
la luz última
y vuelan con ella
sobre el horizonte
guardando
el secreto

Post Card

Leer Autobiografía en este enlace

LF leyendo poemas: Video en este link

http://ar.geocities.com/beat_virtual/bibliovirtualbeat57.htm

sábado, 15 de noviembre de 2008

Placer por lo lento


Los reúne el placer por la lentitud, en realidad, sostienen que vivir rápidamente no es vida y que el reloj no es quien marca lo que hacemos.
En los mismos 60 segundos el hombre ha logrado hacer muchísimas más cosas de las que lograba antes. La sociedad, para qué negarlo, le rinde culto a la velocidad y ésta es ventaja competitiva de productos tecnológicos. Podrá ser bueno, pero si es más veloz, mejor.

Pues bien, el Slow brega por lo contrario. El médico estadounidense Larry Dossey, recoge el periódico catalán La Vanguardia, llama "enfermedad del tiempo" a la gente estresada y angustiada que siente todo el tiempo que la vida se le escapa de las manos; personas que sienten que no están viviendo cada vez que paran.

En una canción, la canadiense Alanis Morissette se queja ante sus padres diciéndoles que "parar no es morirse", y acaso sufrió algo de lo que denuncian los Slow.

El movimiento se conocía en la gastronomía, cuando candorosos restaurantes empezaron a privilegiar la cocina "home made", que respetara, como en casa, los tiempos de cocción y preparación "reales".

El estrés, sostienen, es hijo de la dictadura de la velocidad, y por eso cunde en los países más desarrollados. Surgieron para combatirlo a finales de los ochenta, cuando varias voces pedían calma ante los vertiginosos tiempos del auge de la cocaína y las discos.

Saborear los placeres que ofrece la vida no es fácil en el mundo veloz, esa es la regla de oro. Ser concientes de la propia vida es la meta. Slow quiere decir "despacio" y así es como se debe, aconsejan, tomar la vida: a paso lento.

El periodista canadiense Carl Honoré escribió Elogio de la lentitud , donde resume las máximas de estos precursores de la nueva vida sana. La lentitud no es vivir como perezosos colgados de la palmera, sino procurar un equilibrio.

Tal su palabra clave.

Se trata de actuar rápido cuando hay que hacerlo y de ser lento cuando más conviene. Sobre todo, quitar todo lo veloz para cuestiones humanas y perder la sensación de impotencia ante el ritmo de la propia vida, es decir, tomar el timón de los tiempos propios.

Se ha visto a menudo un auto pasar a otro a velocidad inusitada: "¿Adónde vas, a buscar a la partera?". Pues bien, ya es de pueblo, pues la mayoría de los automovilistas conducen como si la urgencia fuera la ley. Tocar bocina no bien asoma el amarillo del semáforo o siendo el segundo auto de la fila del peaje son típicas muestras de ansiedad.

Hacer dos o tres cosas al mismo tiempo también es logro de eficiencia personal hoy día. Los Slow quieren refutarlo.

Desacelerarse fue la bandera del también periodista, el italiano Carlo Petrini, fundador de Slow Food (comida lenta), que ya tiene cientos de miles de seguidores en varios países del mundo.

Así como se come lento para saborear mejor los alimentos, se debiera tener sexo más lento para saborear mejor al amante, o leer sin la premura de comer palabras. Repiten: por qué apurarse al comer como si fuese una pérdida de tiempo.

Petrini afirma: "Estamos esclavizados por la velocidad y todos hemos sucumbido a su virus. Luchamos por el derecho a establecer nuestros propios tiempos".

Por suerte para algunos, ya están las Slow Cities, como la italianísima Bra, de 15.000 habitantes, cuyo manifiesto tiene 55 promesas: reducir el ruido y el tráfico, aumentar zonas verdes y peatonales, apoyar a agricultores, comerciantes, mercados y restaurantes para que vendan sus productos. Parece mentira que deba reglarse acerca de eso, pues se supone que está en todas las sociedades, pero no, no es tan así.

Las metrópolis aceleraron sus ritmos a pesar de sus ciudadanos. Y resistencias al Slow hay muchas. Quienes están contentos dicen que mejoraron la calidad de vida porque tienen tiempo para trabajar, reflexionar, pasear, y recuperaron el comprar productos artesanales, el circular a 60 kilómetros por hora, o bajando un poco el volumen. Parece que tan mal no cayó porque lo adoptaron ya 32 ciudades italianas.

http://www.noticiasdot.com/publicaciones/2005/0605/2106/stilo/stilo_210605-03.htm

jueves, 13 de noviembre de 2008

En el camino antes de En el camino


ENCUENTRAN UNA NOVELA INÉDITA DE JACK KEROUAC

Tiene el mismo nombre que su obra más famosa. También narra un viaje, pero, aquí, está protagonizado por un chico de 13 años, álter ego del autor. Está escrito en joual, dialecto de Québec, de donde eran sus padres. No hay fecha de edición.

Una pequeña libreta descubierta en el archivo del escritor norteamericano Jack Kerouac escondía una novela breve, inédita e insospechada, del creador de la prosa espontánea.

El manuscrito data de 1952, y fue encontrado en el archivo personal del escritor en Nueva York. El texto está redactado en joual, el dialecto de Québec, Canadá, de donde eran originarios los padres de Kerouac.

A la dificultad de comprender el idioma, hay que sumarle el estilo del autor, coloquial y con faltas gramaticales y ortográficas, buscando reproducir el lenguaje de la calle. El joual, para el descubridor del manuscrito –el periodista Gabriel Anctil–, es lo que hizo que en Estados Unidos no le dieran importancia al cuaderno garabateado del autor de Los subterráneos.

Kerouac, que nació en Estados Unidos en 1922 y murió en 1969 de cirrosis, había titulado a este libro Sur le chemin –En el camino–, igual que a su célebre libro En el camino que, con relatos de un Estados Unidos subterráneo, fue paradigmático de la generación beatnik.

Las experiencias de alcohol, marihuana, orgías y angustias de aquel libro que convirtió a Kerouac en un éxito eran autobiográficas, al igual que el libro recién descubierto, que también cuenta la experiencia del autor, aunque a sus 13 años.

El relato, según declaró Gabriel Anctil –del periódico Le Devoir de Francia–, fue escrito en cinco días en un viaje a México y cuenta la historia del propio Kerouac: el nombre del protagonista es Ti-Jean, el mismo con el que el autor firmaba las cartas que le escribía a su madre.

No es la primera vez que se encuentran trabajos inéditos del escritor. El año pasado aparecieron manuscritos y una pequeña novela en francés; fue la primera vez que hubo un hallazgo de Kerouac en un idioma que no era el inglés.

El periodista Anctil estaba detrás de este material ya que había encontrado una carta escrita en 1953 en la que el escritor ya había hablado de la existencia de Sur le chemin a su amigo Neal Cassady, en la que le decía: “En México, un tiempo después de tu partida, escribí en cinco días, en francés, una novela sobre vos y yo cuando éramos niños en 1935, en la que nos encontramos el tío Bill Ballon, tu padre, mi padre y algunas rubias sexies en una habitación con un francocanadiense libertino y también con un viejo modelo Ford T. Un día lo leerás impreso y te reirás”.

El texto, encontrado inédito en joual, había sido traducido por el escritor al inglés bajo el nombre de Old Bull in the Bowery, y también permanece inédito. Ésas no fueron las mejores épocas de Kerouac: tenía 30 años y no hacía más que escribir textos sin ningún éxito.

Un fragmento de Sur le chemin cuenta el camino compartido entre Ti-Jean –Kerouac– y su padre Leo –llamado igual que el padre del escritor– cuando se trasladan a ver a los amigos que los ayudarán a encontrar un departamento en Nueva York: “Era una gran noche en sus vidas, era su primer viaje juntos a Nueva York en auto; el padre ya había hecho Boston-Nueva York en barco, y una vez en tren; pero ahí estaba el gran camino, la alfombra negra actual de la ciudad”, dice un fragmento. Al padre y al hijo los dejarán plantados, y se dedicarán a beber y a jugar a las cartas en un relato oscuro en el que se mezcla lo real y lo fantástico.

Este texto de Kerouac fue redactado en la casa mexicana de su amigo escritor William Burroughs y no se sabe si será editado. Por su parte, Anctil aseguró que todavía hay que hurgar en el archivo del escritor y que los textos inéditos pueden ser muchos más.



http://criticadigital.com

domingo, 9 de noviembre de 2008

Tiritantes de pavor frente al futuro


A la espera de la oscuridad










Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

Alejandra Pizarnik

De La última inocencia 1956, del sello Poesía Buenos Aires, dirigido por Raúl Gustavo Aguirre

Salir del mundo de las mitologías personales


Por: Antonio Muñoz Molina

Mi amigo hispano-porteño (hijo de emigrantes españoles a Buenos Aires; emigrante él a España en 2001) se sorprende de la falta de verdadera preocupación que advierte en Madrid ante la crisis: "Ustedes no saben que de la noche a la mañana uno puede descubrir que han desaparecido sus ahorros". No sabemos nada. En medio de signos a veces inquietantes y a veces aterradores, nos falta capacidad para imaginar el desastre, y seguimos, con una placidez suicida, confiando en los juicios de los expertos, que son precisamente los que nos han traído a esta situación. ¿Cómo va uno a aceptar la idea de que el piloto del avión está borracho o es un impostor o un lunático? ¿Es que puede uno bajarse en pleno vuelo? ¿Sabe uno algo de pilotar aviones para tomar los mandos en último extremo? En pleno vuelo, dando tumbos entre las nubes, nos enteramos de que todas las seguridades que nos dieron hasta ahora eran falsas, que los responsables económicos del mundo actuaban movidos por el capricho, la codicia, la atolondrada ignorancia, que la estafa bancaria era tan intricada y tan extendida universalmente que ya nadie entendía nada. Escribo en pasado, por la tendencia innata a creer que las cosas van mejorando: pero nadie entendía y probablemente nadie entiende nada, y lo que vaya a suceder mañana nadie lo puede predecir.

Me acuerdo cada día de Marx: "Todo lo que era sólido se desvanece en el aire". Trillones de dólares se desvanecen como los ahorros escasos de mi amigo porteño, pero los que pagan son siempre los mismos: los que se benefician de la sanidad pública y de la escuela pública, los pensionistas, los pobres para los que desaparecen los programas internacionales de ayuda. Todo era mentira. Después de oírlo tanto a los expertos, habíamos terminado aceptando que la intervención del Estado en la economía era siempre dañina, que la libertad de mercados y la falta de regulaciones nos beneficiaban a todos, que el exceso de gasto social podía perjudicar precisamente para aquellos a los que iba dirigido. Qué embuste: ahora los mismos que censuraban el gasto de dinero público en la salud o la educación o el bienestar de los pobres nos dicen que la única manera de salvarnos del desastre es emplear cantidades demenciales de dinero en subsidios para los más ricos, y lo que se escatimó en escuelas y hospitales y bibliotecas públicas se invierte ilimitadamente en bancos.

Todo era mentira. Todo era mentira y los escritores, como los partidos de izquierdas, andábamos tan distraídos como todo el mundo, tan ensimismados en nuestra literatura y en las irrisorias mitologías de nosotros mismos, que hemos pasado largos años sin mirar la realidad, sin poner en duda ni someter a examen un orden que se nos presentaba como el único posible. Enredados en la superstición de identidades narcisistas, cada uno buscando la suya, la de su grupito, hemos olvidado las ambiciones de universalidad que en otros tiempos alimentaron la literatura y los sueños de la emancipación humana. Mientras tanto, los traficantes internacionales y las castas políticas se hacían los dueños de todo y convertían de paso al planeta en un gran vertedero. Una verdad es ésta: en Estados Unidos, en 1976, el sueldo de un alto ejecutivo de una compañía era treinta veces el del empleado medio; en 2008 ha saltado a doscientas setenta veces. Otra verdad: especuladores inmobiliarios y políticos de todos los partidos se han conjurado en España en los últimos veinte años para enriquecerse los unos a los otros gracias a la construcción de cantidades insensatas de viviendas que han arrasado la trama de nuestras ciudades, nuestros campos y nuestros paisajes litorales. El país está lleno de carísimas viviendas vacías y un trabajador no puede encontrar una casa decente. Más verdades: el presidente socialista de la región de Galicia, que no está entre las más ricas de Europa, se gasta dos millones de euros en acondicionar su vivienda oficial; la reforma continuada del palacio del ayuntamiento de Madrid va a costar el año que viene diecinueve millones de euros.

Esta es la realidad. El mundo está gobernado por canallas, parásitos, irresponsables y ladrones. La crisis ha sido la sacudida de ese frenazo que te tira hacia delante y te hace abrir los ojos: si al menos sirviera para parar algo, para corregir algo. A los que escribimos debería forzarnos a la antigua tarea escandalosa de decir la verdad, unas veces con la inmediatez y la rabia del panfleto, otras con la hondura de la novela que hace visibles los mecanismos del mundo, o con el impulso visionario y profético de la poesía. Y todo lo demás, por ahora al menos, es literatura.

http://www.revistaenie.clarin.com

sábado, 8 de noviembre de 2008

Claroscuros

















http://claroscu.blogspot.com/

D.R.Mourelle
Buenos Aires, Argentina

miércoles, 5 de noviembre de 2008

El acer rojo de Anahí

Dice Anahí:
Como se que me van a preguntar sobre el pequeño árbol que se ve a la derecha en primer plano me adelanto.El acerEs un arbusto o árbol pequeño, cuyo nombre común es Acer o Arce, proveniente del Hemisferio Norte. Es considerado como especie muy ornamental en parques y jardines. La característica más sobresaliente es su follaje de color intenso, generalmente caduco. Sus hojas son palmadas, simples o compuestas. Existen más de 100 especies de varios tamaños y colores de follaje.Es de aspecto distinguido y follaje ligero. Originario del Japón, China y Corea. Sus hojas son palmadas de color verde pero se destaca en otoño ya que cambian de color a un rojo intenso. Su flor es intrascendente paisajísticamente. Su fruto es una doble sámara. En las zonas frías necesita protección. Se reproduce por injerto. Se destaca como ejemplar aislado o combinado con otros arbustos.Otras variedades: Acer palmatum "Atropurpureum"; Acer palmatum "Butterfly"; Acer palmatum "Bloodgood"; Acer palmatum "Dissectum viridis".

martes, 4 de noviembre de 2008

La Fender de Jimi


Jimi la leyenda. Hendrix la quemó hace cuarenta años en un concierto en Londres, que pasó a la historia. La guitarra de culto, dada por perdida, fue encontrada recientemente y será puesta al remate en setiembre.Debería sacarse con ella por lo menos medio millón de libras esterlina (630 mil euros) . Es una Fender Stratoscaster de 1965, una de las preferidas del ecléctico músico norteamericano y fue incendiada durante la legendaria exhibición en el Londres Finbbury Astoria en el 67. Hendrix fue llevado a las corridas al hospital por las quemaduras de segundo grado en las manos , provocadas por el rito con el cual era habitual cerrar cada uno de sus conciertos, La guitarra, bastante dañada en el cuello, fue recuperada junto al púa de su equipo. La Fender terminó en las manos de su encargado de prensa Tony Garland, que la ha conservado en el garage de sus padres, donde permaneció hasta el año pasado cuando fue desenterrada por el nieto del mismo Garland.
Foto y Texto. Corriere della Sera.
Traduccion: Ale


Jimy Hemdrix: datos biograficos y discografía

El escritor auténtico escribe


Desgarradura :


El escritor auténtico escribe sobre los seres, las cosas y los acontecimientos, no sobre el hecho de escribir; se sirve de las palabras, pero no se demora en ellas, ni las hace el objeto de sus disquisiciones. Lo será todo, menos un anatomista del Verbo. La disección del lenguaje es la manía de quienes no teniendo nada que decir se confinan en el decir.




UN BLUES PARA JOSELO


a Joselo Luna, in memoriam




Estabas sentado
girando la cabeza de aquí para allá,
llovía aquella tarde en Mercedes
y por aquellos días se hacía difícil la poesía.
Sonaba Zeppelín por el parlante,
habíamos bebido lo suficiente y un poco más,
mientras nuestro interior planeaba el saqueo
y videla asomaba los dientes al atardecer.
Recuerdo la ruta 7 temblando en la locura
alguna cita que fallamos sin darnos cuenta,
algún amor que perdimos entre la niebla
y los años que se fueron llevando las horas.
Adónde van las llamas de la cueva:
el intenso blues a las tres de la madrugada,
las banderas flameando en el inconsciente
y las narices secas de tanto amor.
No tengo ya tiempo para responder un e mail:
en unos meses te encontraré en el rastro
o tal vez dando vueltas por Madrid.
No confío en los poetas amigos,
no espero nada de las cartas sin pasado,
no busco encontrarte en la Gran Vía
pues está lloviendo por aquí
y los tigres de la otra historia
vienen llegando con olores lejanos
para brindar en el patio de la memoria
por las palabras que aún no pudimos escuchar.
Pese a los milagros,
en Retiro me espera un tren.


Marcelo Marcolín , del libro Esperando el último tren a Cañuelas,
Ediciones El Ojo de la Ballena, 2004
Foto. Jose Luis y Joselo, años 80 o 81, Colegio Nacional de Mercedes


Recordando a Joselo en la Buhardilla
Una semblanza

sábado, 1 de noviembre de 2008

Aquellas viejas Buhardillas


Buhardillas 1 a la 32


Aquí





Todas las Buhardillas aquí

Primero que nada, el mar.


Costas de Monte Hermoso, sudoeste de Buenos Aires, en algun momento de la década del 60.


El gesto de nobleza de Robert Plant


Por Eduardo Fabregat


Cuando nadie se lo esperaba (¿o sí?), Robert Plant pateó el tablero: esta semana, John Paul Jones anunció que el cantante se niega a la aventura de salir de gira, y Led Zeppelin anda a la búsqueda de una nueva voz. Lo cual deja al dirigible inglés más rengo que antes, con sólo dos integrantes históricos –el bajista y Jimmy Page, que puso la piel de gallina a todos con su aparición en la clausura de Beijing a caballo de “Whole Lotta Love”– y más de una incógnita en el camino. Con la obligatoria ausencia de John Bonham y ahora la defección de Plant, ¿qué clase de Zeppelin irá a sobrevolar el planeta rockero? ¿Jason Bonham tiene por genética todo lo necesario para cubrir el rol de su salvaje padre? ¿Qué cantante debe buscar el grupo, uno joven y bien temperado para llegar a aquellos agudos de los ’70 (con lo que hablaríamos de un neo Zeppelin) o uno medio hecho pelota que haga pensar que Plant está de verdad ahí?
El domingo pasado, en ocasión del lanzamiento de La luz del ritmo, el “seminuevo” disco de Los Fabulosos Cadillacs, este cronista ensayó algunas reflexiones sobre el peso del regreso en el ideario del rock y su posible doble filo entre el ¡Qué bueno que volvió! y el ¿Para qué volvió?. Puede adivinarse que Plant no sólo se siente artísticamente mejor alimentado por el soberbio material registrado en Raising Sand, junto a Alison Krauss, sino que también tiene claro ese matiz, y es probable que no tenga demasiadas ganas de esforzar al máximo la gola a ver si llega –por enésima vez– a las cumbres de “Stairway to Heaven”. Exponerse frente a un público que espera un imposible replay de lo que fue, exponerse al escarnio de la prensa si la cosa se vuelve excesivamente cuesta arriba: resulta difícil borrar el recuerdo de Plant y Page en el escenario de Ferrocarril Oeste, buscándose un par de banquetas para descansar ya al tercer tema.
Llama la atención el gesto de Plant, que prefiere desoír el canto de sirenas que supone el retorno de una de las bandas fundamentales ya no sólo del género duro sino del rock en general. Tiene algo de nobleza, de aceptación de que (Indio Solari dixit) ciertos fuegos no se encienden frotando dos palitos, de una firmeza que no abunda en un medio tan pragmático como para pretender que medio Queen con Paul Rodgers es algo digno de frenar los relojes. Robert, que supo eternizarse en la pantalla de cine con The Song Remains the Same, que hoy tiene su juventud cruelmente expuesta en lanzamientos como el DVD Mothership, decidió ser clásico hasta el fin y dejar, al menos de su parte, que el dinosaurio descanse, no se contamine con segundas partes.
Es que los nuevos tiempos en la industria musical terminan planteando una linda paradoja con respecto a lo clásico. Frente a la apreciable montaña de material efímero que busca lugar en las orejas del mundo, los clásicos brillan aún más. Y al mismo tiempo están de cierta forma en retirada: como señaló ese pequeño gigante llamado Angus Young en una entrevista publicada por este diario, AC/DC no tiene el más mínimo interés en comercializar su música fragmentándola a través de iTunes. Black Ice figura primero en las listas de ventas de varios países, pero eso sucede por potencia de marca: mientras Angus se ríe del iPod y en su casa pone discos de vinilo, los responsables de su sello discográfico se pegan la cabeza contra la pared en lamentación por el lucro cesante de la opción digital, a la que la banda australiana sólo concedió un “Rock Pack” para el videojuego Rock Band con material de un viejo concierto. Sólo los monstruos de ese tamaño –que serán dinosaurios, pero tienen la efectividad de un velocirraptor– pueden darse ese lujo.
Corren tiempos extraños: según los informes especializados, Metallica y Aerosmith ganan mucho más dinero –entre diez y doce veces– por vender una canción para el videojuego Guitar Hero que por las voluminosas ventas de sus discos. Smashing Pumpkins lanza su nuevo single “G.L.O.W.” también por ese medio, y ni siquiera lo comercializará por los canales habituales. Un single de Fergie (Black Eyed Peas) es el leitmotiv publicitario para un modelo de celular que lo trae “precargado”. Un celular que, al acercarlo a un parlante, exhibe en su pantallita título, autor y disco de lo que esté sonando. Sin irse tan lejos, Babasónicos lanzó Mucho primero en formato de teléfono celular y luego como disco. Para el público más joven, el concepto de álbum está cada vez más diluido, perdido en el bodoque de canciones que suponen 4 gigas de memoria: cada tanto un artista saca un disco, sí, pero la dinámica post-soporte físico (hoy el soporte no es un CD, casete, vinilo o magazine sino el mismo hardware: el Winco es el envase) hace que ese disco se volatilice rápidamente, carne de random songs. Lo que antes era discoteca de pared, hoy entra en un rincón del rígido.
La industria sigue pataleando por la piratería (no es una lucha que pueda darse el lujo de abandonar), pero comprendió hace rato que hay un terreno que está perdido. Por eso fue inteligente a la hora de mejorar los esfuerzos para explorar nuevos territorios: venta online, videojuegos, celulares, contenidos exclusivos para descargar con un código incluido en el CD original, streaming y varias otras posibilidades virtuales. Dado que sigue sin prosperar la discusión de por qué las discográficas detentan la propiedad absoluta de las canciones que compusieron, arreglaron y grabaron otras personas, no tiene mayor sentido debatir sobre las maneras de venderlas. Es como lo que produce ver canales infantiles que instan a los niños a enviar mensajes de texto para descargarse contenidos (“¡Consultá a tus papás antes de llamar!”): se puede intentar la protesta geronte sobre cómo la sociedad hipertecnologiza desde el parvulario, pero frente a la brutalidad de los hechos –un niño sin acceso a la tecnología se aproxima a otra forma de analfabetización– parece más sensato orientar la crítica hacia lo que hacen los humanos detrás de toda esa tecnología. Aceptar que la parafernalia tecno está, y que la industria musical necesita de ella para sostenerse y seguir produciendo, no significa necesariamente aceptar una canción a un dólar o a Steven Tyler y el pelado Corgan convertidos en emoticones.
Allá lejos y hace tiempo, la directora Kathryn Bigelow pintó un enfermizo panorama de fin de siglo en Strange Days. En algunas cosas se quedó corta, en otras le erró, en varias –como en esa desesperación humana palpable a través de la pantalla– dio en la tecla. Uno de los gadgets que la película presentaba era una especie de arañita que se colocaba en la cabeza y permitía “revivir” vivencias previamente grabadas a través de los ojos: Ralph Fiennes metía sus disquitos en la reproductora enganchada al marote y volvía al pasado una y otra vez hasta quedar apresado en el dolor del amor perdido, en la música que bailaban, en el sabor de sus besos, en la emoción irrepetible de aquellos tiempos. Robert Plant declinó la oferta. La música sigue.


sábado, 25 de octubre de 2008

Biografia mínima


A la vera del océano, bastante al sur del Trópico de Capricornio, nací una medianoche de invierno. Allí, atrevidos púrpuras del crepúsculo señalan inconmensurables llanos de pastos y montes de fantasmas con espinas.

Descendiente directo de la sal y el eucalipto, he dormitado en la arena tibia de dunas increíbles, cobijado por la brisa marina de ancestros difusos y lejanos.

Por el viento, o por distracción, no icé banderas. Tampoco levanté estatuas a la posteridad.

La ciencia, la historia y los mapas, no han hecho mella en este cuerpo asoleado; y este corazón, felizmente abandonado a su suerte, se ha contentado con rendir culto a cierta poesía salvaje.

He creído elucubrar ecuaciones mágicas para resolver la incógnita del amanecer. Luego, en un autoirreverente satori, esas poco creíbles escrituras alimentaron la salamandra en las noches del alma.

JLL