Mostrando entradas con la etiqueta Ese escritor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ese escritor. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de julio de 2011

DISPARIDAD


Miguel Grinberg

El pasado es una foto de cristal, un reflejo en la memoria, una caravana de relámpagos. Nos aborda en cualquier momento, como una colección de voces sin dueño o un desfile de máscaras que se borran a sí mismas entre muecas y suspiros.

El pasado es un siglo que solamente existe en un álbum invisible, juguete de niños sin memoria, hojarasca de un espectáculo que retrocede y avanza al mismo tiempo, mientras todos los campanarios enmudecen y los viejos papeles reaparecen como maderas en el bosque de la melancolía.

El pasado es paquete de astillas, una melodía cargada de promesas y de adioses. Ayer nomás alimentaba el canto de la multitud, hoy se desliza como una sombra por callejones desiertos, mañana pondrá miradas de sorpresa en el mármol de las estatuas.

El pasado es una triple fantasía: un recuerdo, una herida y una despedida. Como la flor, se abre cuando el amanecer inicia su danza inaugural, y se cierra cuando la noche envuelve los hielos de la ciudad. Retumba a veces, pero no logra vencer la maraña de ruidos que se reproduce a sí misma, minuto tras minuto.

El pasado es una viajera que nos observa desde la ventanilla de un tren llamado paz, mientras recorre pacientemente los túneles de la guerra. Y que no se detiene en la estación de los milagros porque el maquinista resbaló hacia el infinito cuando sonaron los puntuales disparos.

Foto: Thomas Merton,Miguel Grinberg (1964)

Blog ROCK QUE ME HICISTE BIEN EN ESTE ENLACE

domingo, 24 de abril de 2011

La límpida maravilla



Poesía es la humanidad filtrada a través de la firme posesión de la palabra, la límpida maravilla de un delirante fermento, la culminación de una meditación cotidiana sobre la atribulada temática autobiográfica, a partir de la cual la palabra sube de nuevo a la superficie cargada de lirismo pero ingrávida y enrarecida, tanto más nítida e intensa cuanto más ha madurado y se ha depurado en un largo silencio.


Giuseppe Ungaretti




Foto: G.U. en el frente, Primera Guerra Mundial

"Vagabundo" en este enlace

domingo, 17 de abril de 2011

Ni si quiera una brizna de hierba.


Henry Miller


Cuando la trompeta resuene de nuevo, será como apretar un botón: al caer el primer hombre arrastrará al siguiente, y éste a otro, y a otro, y así a lo largo de toda la fila, alrededor del mundo, desde Nueva York hasta Nagasaki, desde el Artico hasta el Antártico. Y cuando el hombre caiga, arrastrará al elefante, y cuando caiga el elefante, arrastrará a la vaca, y la vaca arrastrará al caballo, y el caballo al cordero, y todos caerán, uno antes que otro, uno tras otro, como una fila de soldaditos de plomo barrida por el viento. El mundo se apagará con un fuego artificial. Ni siquiera una brizna de hierba volverá a crecer. Una dosis letal de la que no hay despertar. Solamente paz y noche, sin gemidos, ni murmullos. Una suave y cavilosa oscuridad, un inaudible batir de alas.


(de Primavera Negra, 1936)


"Henry Miller: antes de regresar a casa" ver artículo en este enlace


lunes, 26 de octubre de 2009

¡No se puede organizar la poesía!

Rock & eternidad
Miguel Grinberg

La vida hedonista e itinerante que había retratado En el camino y en otras diez novelas alucinadas exaltó durante cuatro décadas a decenas de miles de lectores comunes y figuras del rock.

En febrero de 1964, mientras Jack Kerouac vivía recluido en una casa de Long Island, cuidando a su anciana madre (tal como se lo había prometido a su padre cuando éste agonizó en sus brazos en 1946), la epopeya de la “generación beat” ya pertenecía al pasado. Un tambor diferente agitaba a Norteamérica: la beatlemanía tomaba al país por asalto, la nueva bohemia descubría la poesía del joven trovador Bob Dylan, en muchas grandes ciudades se consolidaba la rebelión de los negros racialmente segregados, en el sudeste de Asia se incubaba la guerra de Vietnam, mientras en San Francisco y Nueva York emergían pacíficos melenudos llamados hippies.

Yo había entablado amistad epistolar con los escritores beat en 1959 y llegué a Manhattan en ese preciso momento, después de protagonizar en México la “nueva solidaridad”, una confluencia de jóvenes poetas de las Américas, entre los que aparecían Ernesto Cardenal, de Nicaragua (futuro ministro de cultura de la revolución sandinista), y Gonzalo Arango, pilar del Movimiento Nadaísta de Colombia. Kerouac bajaba ocasionalmente a Nueva York y criticó con dureza mi iniciativa fundacional, exclamando: “¡No se puede organizar la poesía!”. Tenía razón.

En esos días, ya muchos amigos locales lo evitaban porque bebía desenfrenadamente y en los bares que él visitaba casi siempre todo desembocaba en bataholas, trompadas y ocasionales arrestos por desorden. Solamente el poeta negro LeRoi Jones le seguía el ritmo, y chupaban hasta que los empujaban a la vereda. Cansado de vivir sitiado por incesantes oleadas de pelilargos psicodélicos de la generación pre-Woodstock que peregrinaban hasta su umbral, mudó el domicilio familiar lejos, a la Florida. Diría: “El grupo beat se dispersó a comienzos de los 60. Cada uno siguió su camino, y éste es mi camino: la vida hogareña, como al comienzo, con una excursión de vez en cuando a los bares locales”.

La vida hedonista e itinerante que había retratado En el camino y en otras diez novelas alucinadas (de las cuales la mejor es La vanidad de los Duluoz) exaltó durante cuatro décadas a decenas de miles de lectores comunes y figuras del rock que admitieron haber sido impactados por su prosa espontánea: Dylan (claro está), Jim Morrison, David Bowie, Janis Joplin, Patti Smith, Frank Zappa, Jerry Garcia de The Grateful Dead, Pete Townshend de The Who, David Byrne y The Talking Heads, Tom Waits. No fue causa del azar que en 1982, el grupo de rock progresivo King Crimson incluyera en su álbum Beat un tema-homenaje titulado “Neal and Jack and me”. El verso inicial expresaba: “Soy ruedas, soy ruedas en movimiento. Soy una coupé studebaker 1952. Soy ruedas. Soy ruedas en movimiento. Soy una coupé starlite 1952… en ruta… los subterráneos”.

Para llegar en auto al tope de los acantilados de Big Sur, California, hay que atravesar un denso manto de nubes. Abajo ruge el océano Pacífico. Con seguridad, de vez en cuando el alma de Jack Kerouac sobrevuela ese abismo misterioso y recita su haiku sobre la vida fugaz.

Publicación original en este enlace
http://www.criticadigital.com.a

jueves, 16 de julio de 2009

La niebla interior de Philip K. Dick




"La niebla puede llegar insidiosamente desde la calle e invadir la propia casa de uno. De pie ante el inmenso ventanal de su biblioteca —una construcción digna de Ozymandias, edificada con trozos de hormigón que en otros tiempos sustentaron la rampa de entrada a la autopista de la costa—, Joseph Adams meditaba, contemplando la niebla que venía del Pacífico. Y como anochecía y las sombras empezaban a cubrir el mundo, aquella bruma le asustaba tanto como la niebla interior, que no invadía su casa pero se desperezaba y agitaba, ocupando todas las porciones vacías de su cuerpo. Por lo general, esta última niebla recibe el nombre de soledad." (...)


Así comienza el capítulo 1 de la novela "La Penúltima Verdad" de Philip K. Dick (1964) Altamente reveladora su relectura en tiempos de confusión. La Buhardilla te la recomienda, en el año de La Peste.

Descargate la novela haciendo clik aquí

Comentario de Jose Enrique León Alcalde aquí

Comentario de Sergio Gaut vel Hartman aquí



Lágrimas en la lluvia aquí

Leé el cuento "Servir al amo" en este enlace


Philip K. Dick por Roberto Bolaño click aquí















miércoles, 1 de abril de 2009

EMILE MICHEL CIORAN


La soledad es insoportable, a solas conmigo mismo, a solas con mis pensamientos.
No sé como distraerlos, como atontarlos para que no me atormenten. Surge entonces la rabia ante la impotencia, y la agresividad es un pequeño paso que doy en ese estado.
Sentirse solo y estar solo no es lo mismo, pero en mi caso, sí, me siento solo aún cuando no estoy solo, pero lo siento mucho más cuando esa soledad es también física.
¿Soy demasiado consciente de la realidad, y los demás viven en un sueño de idiotas del que no quieren despertar (cosa que no les reprocho), o soy yo el estúpido que cree ver demasiado, sin ver nada?.
Sea cual sea la respuesta, puedo decir que nunca he pedido estar aquí y aún estando aquí, sólo pienso en cómo salir, sin hacer ruido, sin que se note mi ausencia, como si nunca hubiera estado. Y de esa manera, sentir la ilusión de no haber existido nunca.

http://sotanoven.blogspot.com/2009/01/vermouth-1990.html

http://emilcioran.blogspot.com/

http://www.lexia.com.ar/CIORAN.htm

El autor autentico escribe

viernes, 13 de febrero de 2009

Fantasmas a la luz del día


Por A. Castillo


Lo que más recuerdo del día en que murió Cortázar fue la llegada de una alumna a mi casa que, deshecha en lágrimas, me dijo desde la puerta “murió Julio”. Cortázar era de aquellos escritores que establecían una relación emocional y afectiva con sus lectores, y uno de aquellos autores a los que sus lectores –tuvieran o no confianza con él– solían llamar por el nombre. Se habla a veces de Federico y damos por hecho que estamos hablando de García Lorca, también de Macedonio para referirse a Fernández, pero nunca alguien dice Jorge Luis para hablar de Borges. La relación que establecía Cortázar con sus lectores era casi de amistad directa.

Yo lo conocí hacia 1973, pero nunca nos llamamos por nuestro nombre: él siempre me llamó Castillo y yo a él Cortázar. Afortunadamente nunca me llamó Cronopio. Nunca nos tuteamos; sin embargo, nuestra relación era muy profunda y siguió hasta el día de su muerte.

Al margen de la amistad y de las noches que caminamos por Buenos Aires, creo que el legado de Cortázar desde el punto de vista de la literatura fantástica es que estableció el fantasma a la luz del día. Como si hubiera sacado para siempre de la literatura aquella cosa gótica que exige la oscuridad para ser aterradora.

Creo que ése fue, al margen de la importancia que tuvieron Rayuela y sus actitudes políticas, el gran legado de Cortázar: sacó lo fantástico y lo irreal de la zona del misterio, lo estableció en la realidad y lo volvió a hacer misterioso.

*Escritor, Testimonio tomado por I. S.

http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=18662

13/02/09

jueves, 13 de noviembre de 2008

En el camino antes de En el camino


ENCUENTRAN UNA NOVELA INÉDITA DE JACK KEROUAC

Tiene el mismo nombre que su obra más famosa. También narra un viaje, pero, aquí, está protagonizado por un chico de 13 años, álter ego del autor. Está escrito en joual, dialecto de Québec, de donde eran sus padres. No hay fecha de edición.

Una pequeña libreta descubierta en el archivo del escritor norteamericano Jack Kerouac escondía una novela breve, inédita e insospechada, del creador de la prosa espontánea.

El manuscrito data de 1952, y fue encontrado en el archivo personal del escritor en Nueva York. El texto está redactado en joual, el dialecto de Québec, Canadá, de donde eran originarios los padres de Kerouac.

A la dificultad de comprender el idioma, hay que sumarle el estilo del autor, coloquial y con faltas gramaticales y ortográficas, buscando reproducir el lenguaje de la calle. El joual, para el descubridor del manuscrito –el periodista Gabriel Anctil–, es lo que hizo que en Estados Unidos no le dieran importancia al cuaderno garabateado del autor de Los subterráneos.

Kerouac, que nació en Estados Unidos en 1922 y murió en 1969 de cirrosis, había titulado a este libro Sur le chemin –En el camino–, igual que a su célebre libro En el camino que, con relatos de un Estados Unidos subterráneo, fue paradigmático de la generación beatnik.

Las experiencias de alcohol, marihuana, orgías y angustias de aquel libro que convirtió a Kerouac en un éxito eran autobiográficas, al igual que el libro recién descubierto, que también cuenta la experiencia del autor, aunque a sus 13 años.

El relato, según declaró Gabriel Anctil –del periódico Le Devoir de Francia–, fue escrito en cinco días en un viaje a México y cuenta la historia del propio Kerouac: el nombre del protagonista es Ti-Jean, el mismo con el que el autor firmaba las cartas que le escribía a su madre.

No es la primera vez que se encuentran trabajos inéditos del escritor. El año pasado aparecieron manuscritos y una pequeña novela en francés; fue la primera vez que hubo un hallazgo de Kerouac en un idioma que no era el inglés.

El periodista Anctil estaba detrás de este material ya que había encontrado una carta escrita en 1953 en la que el escritor ya había hablado de la existencia de Sur le chemin a su amigo Neal Cassady, en la que le decía: “En México, un tiempo después de tu partida, escribí en cinco días, en francés, una novela sobre vos y yo cuando éramos niños en 1935, en la que nos encontramos el tío Bill Ballon, tu padre, mi padre y algunas rubias sexies en una habitación con un francocanadiense libertino y también con un viejo modelo Ford T. Un día lo leerás impreso y te reirás”.

El texto, encontrado inédito en joual, había sido traducido por el escritor al inglés bajo el nombre de Old Bull in the Bowery, y también permanece inédito. Ésas no fueron las mejores épocas de Kerouac: tenía 30 años y no hacía más que escribir textos sin ningún éxito.

Un fragmento de Sur le chemin cuenta el camino compartido entre Ti-Jean –Kerouac– y su padre Leo –llamado igual que el padre del escritor– cuando se trasladan a ver a los amigos que los ayudarán a encontrar un departamento en Nueva York: “Era una gran noche en sus vidas, era su primer viaje juntos a Nueva York en auto; el padre ya había hecho Boston-Nueva York en barco, y una vez en tren; pero ahí estaba el gran camino, la alfombra negra actual de la ciudad”, dice un fragmento. Al padre y al hijo los dejarán plantados, y se dedicarán a beber y a jugar a las cartas en un relato oscuro en el que se mezcla lo real y lo fantástico.

Este texto de Kerouac fue redactado en la casa mexicana de su amigo escritor William Burroughs y no se sabe si será editado. Por su parte, Anctil aseguró que todavía hay que hurgar en el archivo del escritor y que los textos inéditos pueden ser muchos más.



http://criticadigital.com

martes, 4 de noviembre de 2008

El escritor auténtico escribe


Desgarradura :


El escritor auténtico escribe sobre los seres, las cosas y los acontecimientos, no sobre el hecho de escribir; se sirve de las palabras, pero no se demora en ellas, ni las hace el objeto de sus disquisiciones. Lo será todo, menos un anatomista del Verbo. La disección del lenguaje es la manía de quienes no teniendo nada que decir se confinan en el decir.