sábado, 13 de diciembre de 2008

Los Atlantes



Daniel Chirom


Los sacerdotes egipcios fueron nuestros últimos testigos,

perduró la leyenda por boca de Platón.

Nueve anillos de agua y nueve de tierra,

y de anillo a anillo construimos puentes.

Rodeados del favor de los dioses modelamos

la alegría de los metales preciosos,

cultivamos la perplejidad de la filosofía,

la magia de la poesía.

Cuando los vientos se hicieron favorables

salimos a través de los mares hacia los puntos cardinales,

cargados con nuestros tesoros nos arrojaron

de todas las costas,

y fueron malditos nuestros magos.

Cuando intentamos el regreso nos fue imposible, nuestra tierra se

encontraba en el seno de la tierra.

Fuimos condenados a vagar la eternidad.

Somos Los Atlantes,

naufragamos con nuestra riqueza a cuestas.

A veces,

en mitad de la noche nos sentimos agobiados

por la poesía.




"Los Atlantes", Daniel Chirom, 1979 , Anagrama
Ver reseña en la Libreta 4


La Trenza Loca

Afuera estaba la nieve

"La poesía no sirve, la poesía es" Pagina 12

"El poeta murió al amanecer" Perfil

domingo, 7 de diciembre de 2008

Fin de año 1968


He contemplado desde la luna, o casi,

el modesto planeta que contiene filosofía, teología, política,

pornografía, literatura, ciencias

exactas u ocultas. Adentro está también el

hombre

y yo entre ellos. Y todo es muy extraño.

Dentro de pocas horas será de noche y el año

terminará entre explosiones de espumantes

y petardos. Quizá de bombas o algo peor,

mas no aquí, donde estoy. Si uno muere

a nadie le interesa con tal que sea

desconocido y lejano.



Eugenio Montale (Satura, 1971)


Copiado en la Libreta 5 el 26 de octubre de 1999

Leé Mediterraneo

Generación subterránea de los '80


MARCELO MARCOLIN

Fue miembro de la llamada Generación Subterránea argentina; editor y parte de diferentes publicaciones, entre ellas: Artemisa, Antimitomanía, El ojo de la Ballena, Río de la Plata. Colaborador en medios gráficos y radiales como columnista. Premio Zargazazú 1986. Ha editado: La coronación del príncipe mudo, Matecocido, La primera letra, Angeles clandestinos y Siestas de Wincofón. Actualmente es director editorial de la revista de poesía El Pez en el Cielo.

  Marcelo escribió acerca de lo el llamó "la generación subterránea" Leelo en este enlace

"Quizá nos reencontremos casualmente en algun recodo del destino"

MIRANDO EN EL LAGO



Miro y miro mi sombra en el lago,
no veo un rostro blanco, sólo cabello blanco.
He perdido mi juventud, y nunca la encontraré otra vez,
¡inútil agitar las aguas del lago!

Po Chu I (772-846 D. De C.)

Poetas Chinos

sábado, 6 de diciembre de 2008

Escribir un poema es un acto peligroso


Escribir un poema es un acto peligroso. Nos empuja tanto hacia el centro del mundo, hacia la médula de los otros y de nosotros mismos, que nos convierte en extranjeros. Nos aísla, exila, nos vuelve extraños. El idioma que usa el poeta no es de todos los días, el cotidiano; es, como bien dice un contemporáneo, un dialecto. Por más que hable con palabras de diccionario o aparentemente comunes, lo que de ellas hace el poeta, en su alquimia, en las sucesivas destilaciones, en la busca de otros planos, de otras significaciones, las sitúa en otra parte, las relaciona con la magia, las llena de poderes, las convierte en sistemas de espejos, en intrincados jardines. La poesía depara descubrimientos pero, también, trae soledades. C.B.

No sólo pescador el poeta, también jardinero. Las plantas como las palabras crecen de forma inesperada –escribe Luisa. La labor es modelarlas conforme su naturaleza, nos dice, pero sin olvidar el azar. Ciencia y magia, de un extremo al otro del oscilar del péndulo está comprendido el quehacer del poeta, del jardinero. Porque si todo estuviese calculado, medido y pesado, no habría lugar para el asombro. Cuidar, regar, hacer acodos, cortar lo que está demás o se secó, sí, pero, también, dejar que el aire, el rocío, la lluvia, la luz del sol hagan lo suyo. La poesía como bella planta surgida de la razón y del prodigio, de la vigilia y del sueño, surgida de la tierra y que crece con paciencia. Si con paciencia crecen calas y malvones, también con paciencia se hacen los poemas, el resto –me parece que así piensa Luisa- es vanidad. C.B. (de Luisa Futoransky: La eterna lucha)

Carlos Barbarito
Blog Viga Bajo el Agua