domingo, 17 de abril de 2011

Ni si quiera una brizna de hierba.


Henry Miller


Cuando la trompeta resuene de nuevo, será como apretar un botón: al caer el primer hombre arrastrará al siguiente, y éste a otro, y a otro, y así a lo largo de toda la fila, alrededor del mundo, desde Nueva York hasta Nagasaki, desde el Artico hasta el Antártico. Y cuando el hombre caiga, arrastrará al elefante, y cuando caiga el elefante, arrastrará a la vaca, y la vaca arrastrará al caballo, y el caballo al cordero, y todos caerán, uno antes que otro, uno tras otro, como una fila de soldaditos de plomo barrida por el viento. El mundo se apagará con un fuego artificial. Ni siquiera una brizna de hierba volverá a crecer. Una dosis letal de la que no hay despertar. Solamente paz y noche, sin gemidos, ni murmullos. Una suave y cavilosa oscuridad, un inaudible batir de alas.


(de Primavera Negra, 1936)


"Henry Miller: antes de regresar a casa" ver artículo en este enlace


No hay comentarios: