martes, 4 de noviembre de 2008

UN BLUES PARA JOSELO


a Joselo Luna, in memoriam




Estabas sentado
girando la cabeza de aquí para allá,
llovía aquella tarde en Mercedes
y por aquellos días se hacía difícil la poesía.
Sonaba Zeppelín por el parlante,
habíamos bebido lo suficiente y un poco más,
mientras nuestro interior planeaba el saqueo
y videla asomaba los dientes al atardecer.
Recuerdo la ruta 7 temblando en la locura
alguna cita que fallamos sin darnos cuenta,
algún amor que perdimos entre la niebla
y los años que se fueron llevando las horas.
Adónde van las llamas de la cueva:
el intenso blues a las tres de la madrugada,
las banderas flameando en el inconsciente
y las narices secas de tanto amor.
No tengo ya tiempo para responder un e mail:
en unos meses te encontraré en el rastro
o tal vez dando vueltas por Madrid.
No confío en los poetas amigos,
no espero nada de las cartas sin pasado,
no busco encontrarte en la Gran Vía
pues está lloviendo por aquí
y los tigres de la otra historia
vienen llegando con olores lejanos
para brindar en el patio de la memoria
por las palabras que aún no pudimos escuchar.
Pese a los milagros,
en Retiro me espera un tren.


Marcelo Marcolín , del libro Esperando el último tren a Cañuelas,
Ediciones El Ojo de la Ballena, 2004
Foto. Jose Luis y Joselo, años 80 o 81, Colegio Nacional de Mercedes


Recordando a Joselo en la Buhardilla
Una semblanza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante la poesia del señor Marcolin.He leido otros dos poemas del mismo escritor,titulados:
"estrella de sal" y "Dios es una mujer vestida de rojo".Me pregunto¿Que fuente de inspiracion,guia al poeta hacia versos tan sublimes?